miércoles, 16 de enero de 2013

VEREDICTO MÚLTIPLE - Capitulo 6 "Atentado"



E
l ambiente se tornó mas tenso, la tarde avanzaba mas y los miembros del jurado se retiraron de la casa donde tenían recluida a Isamar.
– ¿tu sabías eso? – le preguntó Brigitte a Isamar una vez que los demás se hubiesen ido.
– ¿Qué cosa?
– que existe alguien más dentro de ti, aparte de Isadora e Isabella
– claro que no Brigitte, ya lo hubieses notado.
– aun así quiero saber si tú también lo has hecho
– ¿también? ¿acaso sabes algo?
– Isamar, llevo años conociéndote, a ti y a las otras, y sé que las tres han aprendido a hacer las paces, pero ahora es distinto, tu esposo fue asesinado, y te culpan a ti y a tus amigas internas de eso, ¿ya ves la gravedad del asunto?
– aun no me has respondido
– lo que trato de decirte es que recientemente he visto un nuevo comportamiento en ti, es decir, en ustedes, no sé si sería alguna de ustedes tres tratando de desviar la atención del juicio intentando alegar algún tipo de “locura” para salir librada de la sentencia, o por el contrario, existe de verdad una cuarta persona en ti.
– ¿entonces si has visto a otra más? ¿Cómo se hace llamar? Oh Brigitte, eso es terrible, si eso es cierto, significa que no tengo control sobre ella, porque aún ignoro su existencia.
– Aun no hay nada confirmado, hablaré con la fiscalía para ver si se puede aplazar el juicio, y así tratar esta situación con mayor cautela.
– espero que si, gracias Brigitte, por seguir con mi caso y no huir como los otros especialistas.
– esos doctores que te trataron son unos tontos, no supieron entender bien este trastorno, tu caso es el mejor que he tenido en toda mi carrera, aún así, eres… bueno… son ustedes mis amigas y las ayudaré en lo que pueda.
– gracias de nuevo, pero ya viste como es ese jurado, no tendrán contemplación de mi, no les importará si hay una cuarta personalidad…
– de ser así – interrumpió la Dra. Mendoza – ella podría ser la asesina de Arnaldo.
– ¿aun crees que fue una de nosotras?
– No Isamar, por eso mismo pienso que pudo ser otra aparte de ustedes tres.
– aun así, sigo siendo yo, sigue siendo mi cuerpo el enjuiciado y el que irá a prisión.
– No dejaré que eso pase
– pero el jurado…
– luego me encargaré del jurado, por el momento quiero saber que piensas de esa cuarta persona, ¿Quién puede ser? ¿y si hay una quinta?
– ¿una quinta? ¿Pero tu me quieres volver loca? Ahora que soy ¿una academia de alter-egos locos?
– solo quiero saber el motivo de sus manifestaciones.
– será para mañana, porque estoy cansadísima – dijo Isamar exhalando un gran bostezo.
– de acuerdo, descansa, mañana nos ponemos a trabajar en la búsqueda de una nueva personalidad, suponiendo que de verdad existe.
– aunque seguro los del jurado vendrán de nuevo a indagar en todo.
– estaré preparada – respondió Brigitte.

   Una hora después el silencio reinaba en la casa, todos dormían plácidamente, incluso los guardias cabeceaban de vez en cuando. En ese instante la puerta principal se abría lentamente, mientras alguien entraba, alguien que caminaba muy despacio y discretamente hacia la habitación de Isamar, abría la puerta de su cuarto y cuando estuvo frente a ella sacó un enorme cuchillo clavándoselo en el pecho a la joven que dormía en dicha cama.
“nunca sabrás la verdad maldita Isamar” – susurraba el intruso mientras apuñaleaba a la joven.
   A su vez, ésta jadeaba del dolor, sin poder respirar, seguía moviéndose en su cama con el cuchillo aun clavado en su pecho, todo estaba oscuro, pero el resplandor de la luna que entraba por la ventana lograba detallar el rostro de la víctima.
– Tu no eres Isamar ¿Dónde está ella? – dijo el importuno homicida.
   En ese momento Isabella entraba y al ver al intruso junto a la cama lanzó un grito:
– ¡AUXILIO! ¡Hay alguien en el cuarto! – gritaba ella.
   El intruso salió disparado por la puerta empujándola y tirando a Isamar al suelo.
– ¿Qué sucede? – preguntó un guardia quien llegaba de prisa
– un ladrón, un intruso, estaba aquí, salió corriendo por allá.
   Isabella se levantó y se acercó a Brigitte quien seguía agonizando en su cama con un cuchillo en el pecho.
– ¡Hirieron a Brigitta! ¡AYUDENME! ¡Chiami un’autoambulanza! ¡Chiami subito un medico! ¡Brigitte está herida! Ella…
   Y de inmediato Isadora ocupó su lugar.
– esto es demasiado – dijo Isadora al mismo tiempo que sacaba el cuchillo del pecho de Brigitte – ¡No te muevas! Ya viene una ambulancia.
   La Doctora Mendoza respiraba hondo, mientras Isadora acariciaba su cabello y contemplaba perpleja la sangre que se chorreaba por la filosa hoja del cuchillo.
– ¿Quién te habrá hecho esto? – dijo Isadora, y al instante Brigitte entraba en shock.

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