–
Me voy a meter al agua – comentó Gisela
–
Espera un poco – le dije – esperemos a
Laureen.
Laureen se acercaba con cara de angustia
mezclada con sorpresa.
–
¿Quién se imaginaba que los Chelson eran los
dueños de la playa? – dijo ella mientras se ponía el traje de baño.
–
¡eso si está rico! – dijo Albert viendo a su
querida noviecita – ¿todo eso es tuyo?
–
¡Albert, voltéate!, ¿no ves que me estoy
cambiando?
–
Ah... lo siento.
No conocía mucho a Albert, pero algo de él
no me inspiraba confianza, supongo que este era un buen momento para conocerlo
mejor, Laureen me decía solo que era un gran deportista y que trabajaba en un
almacén de ropas para poder ir a la universidad, esperaba que los días que
pasásemos juntos me podían cambiar mi opinión sobre él. Por otro lado Carlos y
Luis David eran viejos amigos míos, desde primaria, y aunque no nos veíamos muy
a menudo, si les tenía suficiente confianza, Carlos estaba a punto de graduarse
de Médico, en cambio, Luis David, con la misma edad de Carlos, terminaría la
secundaria con un poco de suerte. Dos personas totalmente opuestas pero eran
muy buenos amigos, no podía decir lo mismo de Albert.
–
¿A que te dedicas? – me preguntó Albert
– Estudio Educación Preescolar – contesté – y en las tardes trabajo en una librería
– ¿Preescolar? ¿No te fastidian los niños
llorones?
– No, me encantan los niños – le dije – tengo
vocación para ellos y los comprendo.
Él hizo un gesto como diciendo... ¡si claro!
¡Vocación!... ¿quién se creía ese Albert?, creo que se me era difícil tratarlo
en estos días.
Los muchachos se fueron a nadar y yo me
quedé tomando el sol, supongo que me dormí, porque cuando desperté Viviana y
Rosa venían preguntándome angustiadas por Gisela:
–
No sé donde está – les dije – pensé que
estaba con ustedes nadando.
Como los demás tampoco sabían donde estaba
decidimos separarnos, yo busqué al otro lado de las rocas del acantilado,
mientras Viviana buscaba a los Chelson;
– ¡Giselaaaaa! – gritaban
Nadie contestaba, ¿dónde estará? Me
preguntaba al acercarme a unos arbustos cerca de la costa, oí un ruido, me
acerqué despacio, pensando que Gisela estaría allí y podía sorprenderla, y la
sorpresa fue para mi, cuando vi a Gisela tirada con un cuchillo en el pecho, al
mismo tiempo que alguien huía por detrás de los arbustos, jamás olvidaré la
escena de ver a mi mejor amiga muerta, me quedé paralizada y muda por un rato,
trataba de gritar pero no me salía nada, de pronto volví en mi y corrí buscando
a los demás, esperando no ser encontrada por el asesino, ¿por qué a Gisela?
Pensaba, ¿por qué el cuchillo?, una vez más alguien era asesinado por un cuchillo.
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