miércoles, 16 de enero de 2013

LA HABITACIÓN 267 - Capitulo 8 "Hormigas en la cortina"



N
o fue sino hasta las seis de la tarde, cuando recibí una llamada anónima en mi habitación, una voz femenina me dijo por el auricular: “No cierres los ojos, de lo contrario no despertarás”. Era una clara amenaza que recibía, sin embargo ni Torres ni Meléndez pudieron descifrar el mensaje ni rastrear la llamada, realmente me sentía intimidado y odiaba eso, quería vengar la muerte de Daniela, pero no tenía las fuerzas necesarias para hacerlo, pronto vendría la noche, otra noche más en esta oscura y vacía habitación, aunque lucía como las demás, se sentía un escalofrío entre sus paredes.

   Me quedé pensando en esa llamada y ese extraño mensaje ¿Por qué tanta amenaza y nada de acción? Claro, después de lo de Daniela ¿para que más acción? Comenzaba a sospechar que esa era la manera en la que esta persona lograba que sus victimas llegasen al borde de la desesperación y tal vez eso los impulsaba a suicidarse, estaba seguro que efectivamente se trataba de alguien que jugaba con los temores de los demás, aun así quedaba la gran incógnita ¿Por qué solo en los huéspedes de esta habitación? ¿Por qué la habitación 267?
   Seguía pensando en el cuarto, muy atento a cualquier posible movimiento o sonido, no sabía si podía pegar el ojo, necesitaba dormir pero no podía, aunque Torres y Meléndez estuvieran atentos en la otra habitación, algo inesperado podía pasar, después de todo fuimos drogados y adormecidos mientras Daniela era envenenada, me sentía tan vulnerable, deseaba renunciar al caso, pero no podía, era un gran reto para mi llegar al fondo de todo y encontrar al responsable de las muertes del 267, se lo debía a las familias de las victimas y sobretodo se lo debía a Daniela.

   La noche había caído y no tuve ganas de cenar, no salí de la habitación, tampoco quise pedir servicio a la habitación, quería estar solo, estaba listo para dormirme cuando algo llamó mi atención, algo que normalmente nunca hubiese notado sino fuera por unas hormigas en la cortina, así como lo oyen, curiosamente había un grupo de hormigas que subían y bajaban por la cortina hasta posarse en lo que parecía una mancha, una mancha rojiza que parecía parte del diseño marrón con turquesa de la cortina de la ventana, y de no ser por las hormigas jamás la hubiese visto. Me acerqué y tomé una muestra, llamé de inmediato al laboratorio y estos se llevaron la cortina completa, desde luego la sustituyeron por otra para no despertar sospechas en los empleados del hotel, porque ahora estaba más que seguro que detrás de todo esto se encontraba algún empleado del hotel con acceso a la habitación. Pero las horas pasaron y el sueño me venció.
   A la mañana siguiente, di gracias a Dios por amanecer con vida, logré pasar una noche en esa habitación sin que nada ocurriera, ya me estaba volviendo paranoico. Volvió a sonar el teléfono, sentía algo de temor en contestar aunque me armé de valor y respondí, después de todo ¿Qué peligro había en contestar una llamada telefónica? Eran del laboratorio para darme los resultados, la mancha en la cortina era de un vino tinto del año 57, ¿Quién ordenaría un vino del 57 en esta habitación?
   Llamé a recepción y para mi sorpresa me dijeron que en esa habitación, hace una noche ordenaron una botella de vino, inmediatamente mandé a pedir un registro de las últimas solicitudes de la habitación 267. Allí estaba yo boquiabierto cuando vi que la madrugada anterior, a las 5:05 am se ordenó una botella de vino añejo del año 1957 a la habitación 267 a nombre de la Sra. de Ferrer (así era conocida Daniela), eso solo significaba dos cosas: una que Daniela aun estaba viva a las 5 de la mañana, ordenó un vino y el “asesino” se lo trajo hasta aquí para envenenarla; la otra era que ya estaba muerta a las 5 am y el “asesino” la ordenó, de ser así ¿para que lo haría?, y sea cual sea la situación ¿Cómo llegó esa mancha a la cortina? Obviamente era un vino muy dulce ya que atrajo un número de hormigas, pero jamás vi una botella de vino en la habitación, ¿Qué había ocurrido mientras dormía anestesiado? Pobre Daniela, algo debió ocurrir, algo que involucraba una botella de vino y no pude hacer nada al respecto por estar dopado, sentía que me acercaba más a la verdad pero a la vez me sentía tan limitado como antes, nuevamente las dudas me atacaban.

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