martes, 15 de enero de 2013

EL INEFABLE DÍA TRECE - Capitulo 7 "Declaración de Anya"



P
oco tiempo después Anya entró a la habitación del Sr Montiel.
—Por favor siéntese— le dijo Julián, Víctor observaba en silencio.
—Gracias, y ¿Qué desean saber?
—Comencemos por su nombre completo
—Anelisse Zahir Varnot Durán.
—¿Edad?
—26 años.
—¿Alguna vez se sintió molesta por trabajar para alguien menor que Ud.?
—Para nada, admiraba mucho a la Srta. Geribeth, y estaba orgullosa de trabajar con ella, ella admiraba el mar como su difunta hermana, creo que le gustaban los peces y corales y a mi también.
—Sí, son lindos los peces, pero ¿Conoció Ud. algún enemigo de ella?
—No que yo sepa, claro está, muchas modelitos frustradas le tenían envidia porque ella era exitosa.
—¿Ella era muy presumida? ¿O alguna vez agredió verbalmente a alguien?
—No, La Srta. Geribeth era muy pacifica, mas bien yo tenía que defenderla y avisparla un poco; es que ella era muy bella pero muy tonta y distraída.
—Me pude dar cuenta en el bus como Ud. trató a un fan.
—Oh, no crea que yo soy así, necesito defenderla de esos locos que quieren manosearla usando la excusa de “le puedo dar un beso”, ya me las sé todas.
—No se altere Srta. Varnot, ahora cuénteme lo que pasó ésta mañana.
—Bien, me levanté temprano antes que el sol, aunque nos hayamos trasnochado por la razón que Ud. ya sabe, toqué la puerta de la Srta. Geribeth, aun estaba dormida, así que volví a mi cuarto; Al rato ella me llamó y fui a su cuarto para darle su botella de agua mineral, ella me pidió que le pasara su vestido celeste, lo tomé del armario, lo cerré y la ayudé a vestir. Luego nos dirigimos a la cafetería y ella pidió… ¿Quiere todos los detalles?
—Cualquier detalle es importante, prosiga.
—La Srta. Geribeth pidió un yogurt light y unos panecillos, yo pedí los mismos panecillos pero con jugo de durazno al igual que Robbie, hablamos del contrato que ella tenía, de las sesiones de fotos hasta que alguien arrojó mi jugo en el traje de la Señorita.
—¿Su traje era verde oscuro?
—No, era celeste ¿Acaso ya no se lo había dicho?
—Lo siento, ¿Tiene Ud. un traje verde o la Srta. Geribeth?
—De ninguna manera, Yo no tengo y Geribeth odiaba el verde, decía que la hacía ver gorda ¿Acaso es eso relevante?
—Descuide, continúe por favor.
   Julián notó que Anya se puso un tanto nerviosa, movía sus manos constantemente una con otra, mientras ella continuaba su relato.
—Yo la acompañé a cambiarse de vestido —prosiguió Anya— Coloqué su traje manchado en una bolsa para lavarlo después, y tomé uno que estaba guindado en la puerta del… ¡Ay por Dios!
—¿Qué sucede Srta. Anya?
—Yo recuerdo haber cerrado antes el armario y salí con la Srta. Geribeth, entonces ¿como llegó un vestido guindado en la puerta del armario?, le juro que al salir no había ningún traje colgado, ¿Acaso alguien entró y…?
—No haga conclusiones todavía Srta. Anya, tal vez por el estrés olvidó cerrar el armario y dejó un vestido colgado en la puerta del closet.
—No, no puede ser, Yo… necesito descansar.
—Vaya a su habitación Srta. Hemos terminado.
   Anya salió, y Víctor se acercó a Julián.
—¡Que extraño! Eso del armario ¿no cree Ud.?
—Sí, tal vez oculta algo.
—Pero ¿Por qué lo dice?
—¿Te diste cuenta Thor?, que Anya siempre se refirió a la occisa como “Srta. Geribeth” excepto cuando le pregunté si ella tenía un traje verde oscuro.
—Sí, lo recuerdo, se puso nerviosa y no le dijo Srta.
—Solo la llamó Geribeth, creo que su manager puede ayudarnos, hágame el favor y llame al Sr. Robbie —dijo Julián al Sr. Almarza.

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