lunes, 14 de enero de 2013

RELOJ EN REVERSA - Capitulo 10 "Lluvia de pensamientos"



E
n ese instante, su mente trastornada supo que existía una forma de retroceder el tiempo. Sus próximas victimas podían morir una hora antes de lo acordado por el “destino” para así tener suficiente preparación para entrar al más allá. ¿Qué clase de mente retorcida pensaría algo así?, solo la suya…

  Por otra parte Leticia se encontraba en la escuela de Brian por una cita de la directora:
— Sra. Rivers, últimamente su hijo está muy agresivo con sus compañeros — decía la directora.
— Verá Ud. desde que su padre y yo nos divorciamos, Brian no lo ha podido superar, y aunque no me lo demuestra, sé que está sufriendo
— Como lo siento, creo que el divorcio es algo difícil de aceptar para cualquier niño
— He tratado de explicarle bien, incluso acepté trabajar en la empresa de su padre, para que Brian estuviese más tiempo con nosotros dos
— Entiendo… debe ser difícil para él, pero es que siempre llega tarde y se atrasa en las materias, si sigue así puede perder el año, y Brian siempre ha sido un buen estudiante, creo que Ud. y su ex esposo deben resolver esto lo mas rápido posible, ¿no cree?
— Tiene razón — dijo Leticia, mientras se ponía de pie para retirarse, — Gracias por todo, Señora.

  Aún Leticia no había salido, cuando la directora le dijo:
— Cómprele un reloj al niño para que llegue a tiempo
— Es que a él no le gusta usar reloj — respondió Leticia con una mirada irónica, al mismo tiempo que se escondía su reloj dentro de la manga de su blusa.
  Horas después Leticia llegó con Brian un tanto confuso, a la empresa TOMMIE’S S.A.
— ¿Qué hacemos aquí Mamá? — preguntó Brian.
— Hablaremos con tu padre
  Al entrar a la oficina de Tommy, (ya que Anastasia no estaba en su escritorio para anunciarla), se encontraron con Tommy discutiendo, para variar, con Simón, Valery y Anastasia.
— ¿Qué haces aquí? ¿Por qué está Brian aquí? — le preguntó Tommy a Leticia.
— Tenemos que hablar — contestó ella.
— Ahora no es el momento — dijo Tommy
— Así es — intervino Val, — tu EX quiere despedirme
— ¿Yo que tengo que ver en eso? — preguntó Leticia.
— Como si no lo supieras — respondió Val — todos ustedes saben que descubrí el documento original de las acciones de la empresa, y que Simón…
— Ya basta — la interrumpió Simón, — cierra la boca que no sabes acatar una orden y por eso estás despedida.
  Por unos instantes todos quedaron en silencio mirándose unos a otros, lanzándose miradas de odio y de rabia, sus expresiones denotaban ira, confusión y angustia. Pero sus pensamientos se sentían y se oían en el ambiente:


“Será mejor que te marches antes de que metas la pata”
“Todos me la van a pagar, se arrepentirán de haberme despedido”
“No sé que hay entre Papá y esta mujer, pero a Mamá no le gusta para nada”
“¿De que documento hablan?”
“¿Qué tienen que ver las acciones de la Empresa?”
“Esto se va a poner feo, ¿lo habrá descubierto?”
“Tendrás una hora menos Val, hoy mismo te mataré”
“Brian no se puede enterar de quien es su padre”
“No quiero estar aquí, quiero ir a comer algo”
“Qué dramática es esta mujer, no va a durar mucho”
“Alguien que la calle o lo haré yo”

  Luego de la lluvia de pensamientos, nadie habló, Leticia y Brian se fueron, y luego Simón y Val salieron tras ellos, tiempo después Anastasia regresó a su puesto de trabajo.

  Esa misma tarde, Valery estaba en una calle a cinco cuadras de la empresa, cuando un enorme tubo de hierro caía sobre su cabeza dejándola inerte en el suelo, alguien tomó su brazo y atrasó su reloj una hora; allí, cerca de su cuerpo, unos pasos se alejaban, y aunque eran ya las siete, el reloj de su brazo marcaba las seis.

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