martes, 15 de enero de 2013

EL INEFABLE DÍA TRECE - Capitulo 17 "El Testamento"



O
tra cosa, se me olvidó decirte otra cosa — dijo el oficial Almarza a Julián, —El laboratorio descifró el número borroso que encontraste en el bolsillo del cadáver de la Srta. Geribeth.
—¿De veras? Y ¿Cuál era?
—Escucha esto: 241303, el último dígito no era ocho sino tres.
—¿Y de quién es el número?
—Lo están rastreando, al parecer nadie contestaba, pero esa no es la mejor parte.
—No me intrigues más Thor.
—Si sumas los dígitos de ese número, el resultado te da trece, ¿Qué tal? Otra vez el número trece está metido en esto.
—Sí que es interesante— dijo Julián —Ahora mientras se lee el testamento quiero que vayas al teléfono del mostrador y marques ese número.
—Si tú lo dices, lo haré —contestó Víctor.
   El detective Montiel llegó a la Sala de Recepción donde estaban todos los huéspedes, el personal de la posada y el abogado de Geribeth.
—¿Dónde está el oficial Almarza? —preguntó el Sr Maizén.
—Aún está terminando el informe de las declaraciones —le respondió Julián. —Por cierto, veo que hay tres mucamas y no dos como anoche.
—Sí Señor— dijo El Sr Maizén, —la otra es Mel, tenía el día libre  pero  la  llamamos  porque  necesitábamos  ayuda,  eran muchos huéspedes que atender y además pasaron éstos asesinatos y…
—Comprendo Sr Maizén —dijo Julián, y luego murmuró para sus adentros: —Llámenme paranoico, pero esa tal Mel también me recuerda a alguien.

   El abogado se puso de pie y en voz audible comenzó a leer el testamento de Geribeth:
 “Yo, Gertrudis Alejandra Asunción Buenaviddeh, Cédula de identidad 52.110.301, conocida artísticamente como Geribeth, en pleno uso de mis facultades mentales, y en caso de faltar físicamente dejo todas mis ganancias, mis estados de cuenta, mi casa y mis automóviles a la Señorita Anelisse Zahir Varnot Durán, Cédula de Identidad 48.840.749…”

—¡No puede ser! —exclamó Robbie— ¡Maldita Geri! Le dejaste todo a Anya y a mí no me dejaste nada.
   Todos comenzaron a murmurar, Julián los observaba silenciosamente: Luisana tenía una actitud muy serena; Cindy, por su parte estaba muy inquieta, Tamara dio un brinco repentino hacia Anya y la abrazó, Anya por su parte no contenía la felicidad, mientras el detective sonreía victoriosamente mientras le decía algo a Víctor que llegaba en ese momento:
—Los dígitos del número de cédula de la Srta. Geribeth también suman trece —dijo Julián.
—Eso es demasiado Julián —respondió Víctor.
—Esperen señores —dijo el abogado— Aún hay más, no he terminado, déjenme continuar.
   Todos se callaron y se sentaron de nuevo y el abogado continuó leyendo:

“Dejo también mi casa de la playa en San Carlos, heredada por mi padre, a Virginia Yamal, hija de sangre de mi padre. Quiero explicarle a Robbie que no le daré nada por haberme robado, y haber arruinado mi carrera con contratos ilegales y de baja categoría. Este testamento es realizado a los veinte días del mes de Abril del año en curso, en presencia de un notario, mi abogado, y dos empleados como testigos. Firma… Geribeth.”

—¿Pensaste que no se daría cuenta, verdad? —preguntó Anya a Robbie— De nada te sirvieron tus engaños, siempre sospechó que algo malo hacías y al parecer Geri se dio cuenta a tiempo y te excluyó.
—Ya cállate, eres una ingrata igual que ella —dijo Robbie.
—¿Eso es todo oficial? —preguntó Cindy— ¿Ya nos podemos ir de esta posada?
—Aún no se ha resuelto el caso señores —dijo Víctor— No tenemos al asesino.
—Pero ya nos interrogó a todos y ya debió descartarnos como sospechosos —dijo Luisana.
   Julián contempló por unos instantes a las mucamas y una sonrisa de satisfacción se dibujó en su rostro.
—¿Cómo se me pudo escapar eso? —murmuró él— Tiene que ser como “Extraños en un tren”
—¿De qué hablas Julián? —preguntó Víctor.
—¡Lo tengo señores! —exclamó Julián excitado— Nadie sale de este lugar porque ahora mismo conocerán al asesino de Geribeth y el Sr Combs.
   Todos quedaron inmóviles por un instante y luego se volvieron a sentar, esperando atónitos lo que el detective tenía que decir.

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