OCTUBRE 17
Ayer no hice nada en la tarde, y hoy
amaneció el día nublado, Carlos seguía desaparecido, mi mal presentimiento
aumentaba mas, espero que se encuentre bien, sin embargo no dejaba de darme
vueltas en la cabeza la idea del bastardo ése de Albert, ¿podría ser Carlos un
asesino?
– Saldremos de nuevo y buscaremos a Carlos –
dijeron Rosa y Luis David
–
Esta vez iremos todos – resaltó Laureen
En efecto, todos, incluyendo a los Chelson,
fuimos a lo que parecía un bosque que quedaba al otro lado de nuestro
campamento, los arbustos desaparecían y ahora estábamos rodeados de grandes
árboles.
–
Nos separaremos – dijo Luis David
– Si así es el caso – decía el Sr. Chelson
pestañando intensamente – iremos al sur, ustedes al norte, y el resto al este y
oeste.
No era algo difícil de hacer, ya que cada
uno de nosotros cargaba una brújula, Viviana y yo fuimos al norte, los Chelson
al sur, Rosa y Luis David al este y Laureen y “ya saben quien” fueron al
oeste, nos encontraríamos en la tarde en el campamento.
El sol subía mas sobre los inmensos cedros,
o robles, no sé que tipo de árboles eran en realidad, se acercaba la hora de
almorzar y nada que aparecía Carlos, si alguien lo encontraba, le avisaba a los
demás.
No era un bosque muy grande después de todo,
y podíamos escuchar algún grito al otro lado, era como una de esas aventuras de
Sobreviviente o Expedición Robinson, de esas que salen en la tele,... ¡La Tele !... allí hablaban de los
asesinatos con cuchillo, igual que a Gisela y Tía Norah, estaba segura de que
era el mismo asesino, no podía ser que asesinar con cuchillos se haya puesto de
moda, seguía pensativa en esos crímenes cuando de pronto vi a Viviana (que
se había adelantado de mi) haciéndome señas a unos 5 o 6 metros al frente mío.
– Ahhh! – gritó alguien tras de mi.
Me volteé de inmediato y vi a Carlos caer
con una puñalada en la espalda, cuando quise voltear de nuevo hacia donde
estaba Viviana, ésta también caía al suelo con un cuchillo incrustado en su
frente.
– Dios mío! – grité – Viviana no me advertía a
mi, sino a Carlos que estaba tras de mi, y ahora también la mataron.
Escuché pasos muy cerca, pero miraba a todos
lados y no veía a nadie, tenía que tener fuerzas y seguía gritando, sin darme
cuenta que sin brújula ni nada, estaba totalmente perdida y desorientada en ese
bosque de la muerte. Creí que perdía las fuerzas, se supone que alguien debió
haberme oído pero nadie venía a ayudarme, pobre Viviana, quiso salvar a Carlos
de alguien, pero este se llevó a los dos, y ahora parece que viene por mi,
pero... ¿dónde estarán los demás?... seguía pensando ¿qué hacía Tía Norah
aquí?, tal vez quiso decirme algo, algo sobre el asesino.
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