miércoles, 16 de enero de 2013

LA HABITACIÓN 267 - Capitulo 10 "Los ojos del Hotel te están observando"



H
ubo un silencio incómodo por unos segundos, todos estábamos tensos y a la defensiva, los tres nos mirábamos unos a otros, hasta que el Sr. Columbus tomó la palabra.
– le puedo explicar oficial
– adelante, realmente me gustaría que aclare todo – dije
   Él tomó un respiro, tragó saliva y continuó hablando
– la Srta. Fernández dice la verdad, desde que su hermana murió ha estado muy paranoica y…
– ¿paranoica? – le interrumpió Lorena – ¿cree que es normal que todos mueran en esta habitación?
– oh no, no me refiero a eso
– patrañas, acaban de matar a una mujer policía aquí ¿y usted dice que estoy paranoica?
– no se altere señorita – le dije a Lorena mientras le servía un vaso de agua – tenga, tome un trago
– no gracias – respondió ella – no se lo tome personal pero ya no confío en nadie
– como quiera
   Luego me dirigí nuevamente al Sr. Columbus
– ahora bien, estaba usted dispuesto a explicarnos el paradero del esposo de Laura, ya que fue asesinada con su amante ¿sabe donde está su esposo?

   Ambos se miraron en silencio, Lorena y el Sr. Columbus callaban, un eterno minuto transcurrió en silencio, ninguno quería pronunciar palabra alguna.
– ¿y bien? – les pregunté – me lo van a decir aquí o lo harán en la estación
– de acuerdo – intervino Lorena – le diré
– Soy yo – se le adelantó el Sr. Columbus – yo soy el esposo de Laura Fernández, la hermana de Lorena
– realmente no me sorprende – afirmé
– pero tiene que creerme oficial – añadió él – yo no tuve nada que ver en ese asesinato
– aun así – le mencioné – ¿no le parece extraño que su esposa le sea infiel en su propio hotel? O ella tenía un plan o era muy tonta ¿no creen?
– ¡Laura no es ninguna tonta! – exclamó Lorena – ella era muy lista y por eso no entiendo porqué trajo un amante aquí si sabía que su esposo era el dueño del hotel
– ¿y por qué se registró con su nombre Srta. Lorena? Algo se traía entre manos
– eso pregúnteselo a Helen – dijo el Sr Columbus
– ¿a Helen? – agregó Lorena – esa no sabe ni donde está parada, esa si es una tonta
– ahora pregunto yo ¿Por qué no declararon esto a las autoridades cuando se investigó ese caso?
– Todos pensaban que la muerta había sido yo – dijo Lorena nuevamente – por eso nadie investigó al Sr. Columbus
– ¿ya caso nadie sabe que la esposa del gerente principal del Hotel paraíso era su hermana gemela?
   De nuevo hubo un silencio, ambos se miraban y bajaban la cabeza
– ¡Oh por Dios! – exclamé – Nadie lo sabía ¿cierto? ¿Ni siquiera por los cuadros de su oficina? ¡no puedo creerlo!
– mi oficina no es muy visitada – dijo el Sr Columbus – y nadie se fija en los cuadros de la pared
– no me venga con eso ahora – dije muy molesto – voy a informarle de esto a la estación y mas les vale que estén preparados para declarar
– como quiera oficial – dijo Lorena y se retiró.
   Luego el Sr. Columbus se dirigió lentamente a la puerta, pero antes de salir se detuvo, dio la vuelta y se me acercó
– No la tendrá tan fácil – me susurró
– ¿Qué es esto? ¿me está amenazando?
– solo le digo que no se confíe, este hotel tiene ojos por doquier y muchos de ellos se posan en esta habitación
– me está espiando?
– piense lo que quiera, pero no encontrará nada en mi contra – afirmó él y en un abrir y cerrar de ojos salió disparado de la habitación.
   Inmediatamente comencé a buscar posibles cámaras ocultas en la habitación 267, ahora sabía que el Sr. Columbus estaba detrás de todo, para probarlo debía encontrar esas cámaras, pasé horas buscando y no encontré ninguna, pero aun debía encontrar el máster principal donde seguro veía lo que las cámaras captaban, ¿Por qué aseguraba que nada lo podía inculpar?, probablemente sabía como eliminar evidencias, así que de nada servía encontrar ese máster porque no habría ningún registro; Ya no cabía duda, el Sr. Columbus era el sospechoso numero uno y mi próximo objetivo de investigación, después de todo lo que declaró en esta habitación nada podía… ¡eso es!... el Sr Columbus me reveló algo importante en mi habitación, la número 267, quiere decir que Torres y Meléndez grabaron todo, ya que aun están los micrófonos.

   Así que me dirigí rápidamente a la habitación contigua, toqué y toqué y nadie abría, me pareció extraño y sospechoso que ni Torres ni Meléndez estuviesen en su puesto de trabajo, llamé a una mucama, ya no tenía objeto seguir ocultando mi identidad policiaca, le mostré mi placa y le exigí que abriera la puerta de la habitación de al lado. Lo veía y no lo creía, la mucama daba gritos y yo más vulnerable que nunca llamaba urgentemente a la estación.
– Habla el Detective Domínguez, Encontré a Torres y a Meléndez con dos disparos en el pecho y en la cabeza cada uno, solicito refuerzos y equipo forense de inmediato – dije mientras me recostaba un momento y me volvía el color al cuerpo.
   Sabía perfectamente que no debía tocar nada hasta que llegase el equipo criminalista, pero necesitaba saber si se había grabado la extraña confesión o amenaza del Sr. Columbus, con unos guantes abrí la portátil y estaba en negro, habían formateado la laptop y todo lo registrado estaba borrado. Ahora si que me sentía supremamente enfadado, ese desgraciado siempre estaba a un paso antes que yo, allí junto a la laptop de Torres había un trozo de papel doblado, lo abrí y nuevamente mi ira aumentó al leer la líneas que decían: “Ellos ya no pueden ver, pero los ojos del hotel te siguen observando”

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