OCTUBRE 19
Querido
Diario... Sí, en estos momentos eres mi querido Diario, nunca estuve de acuerdo
en comenzar a escribir lo que me pasa cada día con esa cursi, tonta y tan usada
frase por otras personas con un diario... “Querido diario hoy estuve”...
”Querido diario hoy me pasó”... ¡Bah! Me parecía tan tonto; pero ahora era
la mejor frase que encontré para relatar lo sucedido hoy, todo lo que ha
ocurrido desde que llegamos hasta ahora me ha marcado notablemente, pero lo que
me pasó hoy, jamás lo podré olvidar, puedo decir con facilidad que a pesar de
lo ocurrido días anteriores, Hoy fue el peor día de mi vida.
Anoche dormí muy poco, ya no me daban los
pies, no tenía idea de donde estaba la playa, no sé exactamente donde dormí,
pero gracias a Dios, amanecí con vida, hasta ahora, porque lo que ocurrió
después me hizo desear hasta la muerte, era muy temprano, seguía angustiada por
el asesino que aún estaba suelto, y no tenía idea de cómo podía salir de este
bosque, si tan solo hubiera una señal que me indicara como llegar a la playa,
una sola señal, pero... nada, no había nada, no escuchaba los pájaros cantar
como otros días, definitivamente ese no fue un día común y corriente.
Un rato después
escuché pasos que se acercaban (Tal vez sea alguien que pueda rescatarme),
pero no quise correr el riesgo, aún estaba un asesino suelto, y comencé a
correr, no sé en que dirección.
El sol comenzaba a subir y por primera vez
en varios días, sentía hambre, ayer no comí nada, no podía creerlo, que aún tuviera
fuerzas para seguir, habiendo pasado todo el día sin comer, pero con la
angustia y desesperación que sentía ¿qué hambre me iba a dar?
Llegué a un arroyo, así es, no sabía que
había un arroyo en ese bosque, pero por fin, ¡¡agua dulce!!, me tiré al
riachuelo y comencé a beber, ¡que agua tan deliciosa! ¡estaba tan sedienta y
deshidratada!, sin mencionar lo apestosa que yo debía estar, no me bañaba desde
hace tres días, por un instante no me importó si el asesino me descubría, si
era Albert o Laureen, o ambos, me tenía sin cuidado, sólo quería descansar y
beber agua. Posteriormente me acomodé y tomé mi diario, parece extraño que
siendo tan perseguida y acorralada, aún tenga mi diario, tal vez el asesino
quería que escribiera mi experiencia antes de matarme, después de todo se puede
esperar lo que sea de una mente criminal y enferma como esa, si tan solo nunca
lo hubiera visto.... si tan solo no hubiera descubierto a ese asesino, mi vida
tendría paz... en fin... les seguiré contando lo que pasó después, y el porqué
seguí con vida después de descubrirlo; ya no podía esperar hasta la noche para
escribir en el diario lo que me ocurrió en el día, esta vez comencé a escribir
de una vez, pero la hoja de lo que anoté esa mañana se desprendió y creo que la
perdí, pero recuerdo perfectamente lo que escribí y lo que viví y lo volveré a
contar ahora con cada detalle:
“Sentía que alguien se acercaba y siento temor de que sea mi fin, nunca me sentí tan cerca de la muerte como me siento hoy, son casi las diez de la mañana, Laureen y Albert están desaparecidos, y los demás están muertos, me siento
acorralada, aterrada, definitivamente sé que me está buscando a mi,
aunque no sé por qué quiere matarme, ¿Qué le he hecho yo a ese maldito
asesino?, quiero regresar a casa, pero sigo perdida en este bosque andrajoso,
sin poder dormir, tengo que estar alerta, ¡Dios mío! Algo se mueve, oigo pasos,
ahí viene, ¡viene! ¡ya se acerca!, esconderé el diario esperando que alguien lo
encuentre algún día y sepa lo que me pasó, ya que estoy segura que no tengo
salida, no lucharé mas, si este es mi fin, que así sea, espero que me mate
lentamente, no por masoquismo, sino para poder ver su rostro y escribir su
nombre en el barro, ...no veo a nadie... pero siento que está cerca”.
Eso fue lo que escribí esa mañana,
viviéndolo y escribiéndolo simultáneamente, me quedé esperando mi muerte, pero
nadie llegaba, creo que pasaron una o dos horas hasta que vi a Laureen que se
acercaba:
– Tranquilízate – me decía despacio – no te
haré daño, – hablaba con una actitud sospechosa.
– ¿Por qué Laureen? ¿por qué quieres matarme?
– No quiero matarte, soy tu prima y te aprecio
mucho, además, también soy tu amiga.
– Como digas, hazlo ya, mátame de una vez, ya
no quiero seguir luchando – le mencioné.
Yo estaba
demasiado débil como para defenderme
– Yo confiaba en ti – le dije – hasta pensé que
Albert era el asesino y te había matado,... y... resultó ser al revés,
– Pero... Gracy... a eso vengo... vengo a
decirte quien es el asesino de los muchachos, de Mamá y de los Chelson, ese
asesino e.....
Sus palabras se interrumpieron cuando Albert
venía corriendo tras ella, mientras que Laureen caía al piso atravesada por un
cuchillo.
– ¡Eres tú! ¡el asesino eres tú, Gracy! –
gritaba Albert mientras se acercaba a mi – ¡Despierta de una vez! – decía mientras me batuqueaba.
De pronto el bosque comenzó a moverse ante
mis ojos como si se transformara en otra dimensión, los árboles que veía,
desaparecían frente a mí hasta convertirse en los muebles de mi habitación, al
mismo tiempo que veía a Albert caer en la puerta con un cuchillo en su frente y
al bajar la mirada llena de asombro pude ver en mis manos el puñal lleno de
sangre con que yo había asesinado a mi prima, miré a mi alrededor y aún estaba
en casa de Tía Norah y todos yacían sin vida a mi alrededor. Me desperté de mi
peor pesadilla hecha realidad...
No hay comentarios:
Publicar un comentario