H
|
abían transcurrido
apenas unos pocos minutos, cuando alguien vino corriendo a avisarle a Tommy de otra
desgracia. Nuevamente la empresa TOMMIE’S S.A. estaba envuelta en un escándalo.
— ¡Señor, tiene
que venir! — decía un empleado.
— ¿Qué ocurre? —
preguntó Tommy.
— La jovencita, su
amiga… está… muerta
— ¿Quién? — y de
inmediato se apresuró al pasillo.
— Sígame, Señor.
Y fueron a las escaleras del edificio donde
mucha gente se había concentrado para ver; y allí mismo, al pie de las
escaleras del tercer piso yacía el cuerpo sin vida de Sandra Dumort.
— ¡No puede ser! —
exclamó Tommy — es Sandra
Las autoridades ya estaban allí a cargo del
Inspector Morris, quien no dejaba que nadie más se acercara.
— La sangre en
varios escalones nos asegura que ella cayó por las escaleras — dijo Morris.
— Pobre chica —
dijo un empleado, — debió tropezar con esos tacones que lleva puesto
— No tuvo que ser
precisamente un accidente, alguien la pudo empujar — recalcó uno de los
investigadores criminalistas del lugar.
Tommy sabía que la deducción del policía no
era tan descabellada, y se acercaba a la realidad.
— Aún no sabemos
si la muerte del Oficial Tompson fue accidental— le dijo el Inspector Morris a
Tommy.
— ¿Por qué siempre
ocurren siniestros aquí?
Reloj
en Reversa — 17
|
— Eso es lo que
temo, Oficial — contestó Tommy.
Poco después, en privado, el médico forense
le dice al oficial Morris que de acuerdo al hígado de la Srta. Dumort , su muerte fue
entre las cuatro y seis de la tarde.
— ¿Qué hora es? —
preguntó el Oficial.
— Son las ocho y
media de la mañana, Señor — contestó el forense.
— Entonces… ¿Por
qué el reloj de la Srta. Dumort
tiene las siete y media?
— Ella debe ser la
asesina del oficial Tompson, ¿recuerda que el reloj del pasillo estaba atrasado
también? — recalcó uno de los criminalistas que estaba allí presente.
— O tal vez, éste
no sea su reloj; quiero que busquen huellas— dijo Morris.
— ¿Y si tampoco
están en sistema?
— Debe haber
alguna, un asesino con un expediente limpio no puede mantenerlo así por mucho
tiempo.
Por otro lado, ya era muy tarde para evitar
que los medios llegaran, todos sabían ya lo ocurrido y Tommy no paraba de
recibir llamadas de sus socios, amenazándolo con retirar el capital de su empresa.
Esto lo hizo enojar mucho.
— Tú debes estar
involucrado en la muerte de Sandra y hasta en la de tu hermano — decía uno de
los socios a Tommy por teléfono.
— No puedes creer
eso, es absurdo — replicaba él.
— Retiraremos nuestro
capital, no quiero seguir invirtiendo en una empresa de escándalos
— Por favor, no lo
hagan
…Click… la llamada
se cortó, obviamente le colgaron.
Al rato llegó
Simón angustiado a la oficina de Tommy.
— Tom, tu hijo nos
descubrió — decía Simón.
— ¿De que hablas?
— preguntó indignado Tommy.
— Él sabe que
tengo el pasaporte de Sandra, lo vio cuando se me cayó en la puerta.
— Por Dios… que torpe
eres Simón, hablaré con él
Tommy salió y vio que Brian estaba cerca de
las escaleras, ya se habían llevado el cuerpo de Sandra, ahora solo estaban las
cintas amarillas de “No Pase.”
— Tú mataste a
Sandra, ¿verdad Papá? — preguntó Brian.
— Eso no es
cierto, hijo, no es así, Simón y Sandra tenían una relación… Vamos a la oficina
— No iré contigo,
no sé si confiar en ti Papá
— Vamos a hablar
en privado
— Me mentiste
papá, me mentiste
— ¿Te mentí?, ¿yo
te mentí?, ¿crees que yo no sé lo que está pasando?
— Claro que lo
sabes, tú eres el cómplice de ese asesino, o tú mismo lo eres — afirmó dudoso
Brian.
— Ambos sabemos
quien mató a Sandra y a ese policía — replicó Tommy seriamente.
— Entonces… ¡es
verdad!...ya lo sabes
— Sí, es verdad,
ya lo sé todo
— Yo no quería
decírtelo papá, pero él me obligó a callar y me amenazó para que no lo delatara
Los ojos de Tommy se llenaron de lágrimas y
dijo:
Reloj
en Reversa — 19
|
— Tengo miedo Papá
De inmediato Tommy soltó un llanto y abrazó
fuertemente a su hijo diciéndole al oído:
— No te preocupes,
yo te protegeré
— Y ¿Cómo lo
harás? — preguntó el pequeño.
— Te llevaré
lejos, a un lugar donde nadie nos conozca
Brian se separó de su padre y con una mirada
dudosa exclamó:
— Tú no quieres
protegerme, Papá, lo que quieres es deshacerte de mi, porque te descubrí
— ¡Ya basta
jovencito!, ya lo decidí, Tú no destruirás mis planes — decía Tommy, al mismo
tiempo que lo llevaba del brazo con fuerza hacia su oficina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario