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l sol comenzó a
salir, el día avanzaba con toda normalidad, cuando Leticia despertó y se
percató de que Brian no estaba.
— Ah, lo había
olvidado, Brian está con Tommy — se dijo.
— Dios mío, me
quedé dormida — decía mientras restregaba sus soñolientos ojos; salió al frente
de su casa y vio una carta en el buzón, era el Sr. López: “Leticia, hoy te pagaré la mensualidad por adelantado, disculpa la
molestia, pero pronto debo partir a la capital y quiero dejar todo arreglado”. Ella
quedó pensando un poco y continuó leyendo: “espérame
hoy en la noche a las diez en punto en el Terminal, te daré tu pago antes de
irme, por favor no faltes”
— ¿Por qué se le
ocurrió irse ahora? ¿Qué va a hacer en la capital? ¿Cuándo vendrá? — se
preguntaba.
— Esto es extraño—
Y sin pensarlo dos veces llamó al Señor López.
— Buen día, en estos momentos no estoy para
atenderlo pero deje su número y lo llamaré— dijo la contestadora, así que
ella colgó.
— Se suponía que
hoy era mi día libre — dijo molesta Leticia, — ahora tendré que cancelar mi
cena.
Sin más nada que reprochar levantó el
teléfono nuevamente y canceló su reservación.
— Un día de estos
me van hacer renunciar — murmuró para sus adentros.
Por otro lado, el multimillonario Tommy
Rivers se encontraba en una misteriosa reunión con Simón, tratando un tema
sospechoso a puerta cerrada.
— Debemos hacerlo
ya — decía Simón
— No lo permitiré —
dijo Tommy
— Lo siento Tom,
pero no hay otro camino
— No me importa,
ella no debe enterarse
— Ya basta, ¿acaso
olvidaste lo que pasó hace algunos días? Tu vida corre peligro
— ¿Te refieres a
lo de Patrick y el policía?
— Exacto, hoy
acabaremos con esto — dijo Simón — en menos de lo que canta un gallo
— ¿Y como estás
tan seguro que ella irá al Terminal?
— Ya me encargué
de eso — contestó Simón.
— Pero…no quiero
que sufra… mucho…
El día avanzaba más y se acercaba la noche,
Brian bajó del autobús frente a su casa, y en vez de entrar, tomó un taxi hacia
el Terminal.
— Estoy seguro que
estarán allá — dijo sin vacilar — Debo impedirlo
Ya eran casi las nueve de la noche, el
Terminal no estaría tan lleno de gente, Brian bajo del taxi y rápidamente entró
al Terminal, eran muchos pasillos.
— ¿Dónde estás?
¿Dónde estás? — decía Brian mirando a todos lados.
— Blanco a la
vista — dijo Simón escondido tras unos arbustos mirando a Leticia que acababa
de llegar — Estoy preparado
— No le dispares
aún— dijo la voz del transmisor que estaba en la mano de Simón, — espera la
señal, espera un poco
— Que importa, hay
que acabar con el problema como sea, mientras más pronto mejor
Aun no pasaba nada, Leticia miraba cada vez
más su reloj, se tomó un refresco y se sentó en un banquillo con posición de
desespero, agitando constantemente sus piernas y sus talones. Simón seguía
vigilando.
Brian llegó y divisó a su madre sentada,
luego vio a Simón en los arbustos, debía hacer algo, no podía esperar más, ya
eran las diez y media de la noche, el Terminal estaba casi vacío, así que Brian
salió corriendo gritando:
— ¡Huye Mamá, que
te persiguen!
Leticia apenas pudo entender lo que pasaba.
— El niño lo
arruinará todo — decía Simón a su transmisor —Lo siento Tommy pero lo haré
ahora mismo.
— Espera, espera —
decía la voz de Tommy en el transmisor.
Pero Simón le apuntó a Brian y antes que éste
llegara a su madre, disparó.
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