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es pido
disculpas si Isadora o Isabella no supieron comportarse – decía Isamar mientras
se acomodaba nuevamente en el sofá de la sala junto a sus visitas – ya no sé
como controlarlas.
– ¿es
que ha podido controlarlas? – dijo Angie
– No
empieces Angie, por favor – le regañó Ana
– es
con usted con quien queremos conversar señora Isamar – intervino Luis – el
motivo de nuestra visita fue venir a conocerla en persona, sin embargo…
– sin
embargo, se encontraron con mis otras personas – repuso Isamar
– ya
que Ud está aquí, diganos ¿Cuál fue la razón principal para crear estas
personalidades?
– o
mejor aun – recalcó Ally - ¿Por qué mató a sus esposo?, realmente no me
convence su actuación.
– No es
ninguna actuación – respondió Isamar un poco alterada – ¿creen que me divierto
haciendo esto?, entonces que me den un Oscar ¿Qué les parece si les regalo a
Isadora? O mejor a Isabella, deben pensar que estoy feliz con tener otros seres
dentro de mi.
– no se
ofenda, no fue nuestra intención…
– No,
no son los primeros que me creen falsa y oportunista, y seguro no serán los
últimos, ¿Qué razón tendría yo de matar a mi esposo? Él era el único que me
entendía y me apoyaba y jamás me miró con esos ojos de lástima y temor que
tienen ustedes, incluso Brigitte sentía miedo de tratar mi caso, gracias a Dios
ahora ella cree en mi, y ha sido la única terapeuta que no ha dejado el pelero
como los anteriores.
Isamar inhalaba y exhalaba mas a prisa, sus
manos estaban inquietas, tomó un respiro profundo y continuó hablando:
– Sé
que su trabajo aquí es investigar a fondo mi situación, independientemente si
creen o no en mi TID (*), pero les aseguro que no hay mucho que contar, el origen
de esto en mis 16 años, pero la razón principal es ignorada tanto por mi como
por mis alter-egos, muchos aseguran que fue por la muerte de mis padres, pero
otros expertos dicen que no es suficiente trauma para ocasionarlo. Mis
especialistas han tratado de todo, desde hipnosis, hasta electrochoques, y
sinceramente no quiero volver a pasar por eso. Si tienen que condenarme,
háganlo, realmente sin Arnaldo mi vida ya no vale nada.
– No
hable así Sra. Cordero – dijo Gabriel ofreciéndole una servilleta para secar
sus lágrimas – haremos lo necesario para llegar al fondo de todo, confíe en
Dios y verá que todo tendrá solución.
– Es
muy amable – respondió Isamar – pero no es tan simple, realmente no sé como
terminará, el fiscal presentó todas las pruebas que me acusan y mi abogado no
tiene como defenderme.
– Pero
recuerde que nosotros tenemos la última palabra.
– es la
primera vez que un jurado se involucra tanto en la investigación de un caso.
– es
por la complejidad que esto tiene, queremos ser lo mas justos posibles.
– Por
lo menos les puedo asegurar que desconozco totalmente mi participación en el
supuesto crimen.
–
¿estaba usted bloqueada? – preguntó Mariah – es decir, probablemente otra
“persona” ocupaba su cuerpo y…
– No,
no han entendido – repuso Isamar – no pudimos ser ninguna de las tres, porque
cuando alguna está “de turno” asumiendo mi cuerpo, las demás estamos
conscientes de ello, pudiendo vernos, es decir, que si Isadora fue la que
hubiese asesinado a Arnaldo, Isabella y yo nos habríamos dado cuenta, porque a
pesar de no tener participación física en mi cuerpo, estaría presente de igual
forma ¿ya me comprenden?
– creo
que sí – dijo Seth – lo que dice es que las tres están en contacto constante
aunque sea solo una la que haga uso del cuerpo.
–
exactamente – respondió ella – mejor no lo hubiese dicho, asi mismo es, por eso
les aseguro que ninguna de las tres pudo hacerlo a escondidas de las demás.
– ¿y si
fue una cuarta personalidad? – preguntó Luis – alguien aparte de ustedes,
alguien que ignoran pero que también tiene control de su cuerpo.
– Eso,
eso es imposible – intervino la Dra Mendoza – yo me habría dado cuenta.
– es
cierto – agregó Isamar – una cuarta personalidad no pasaría desapercibida.
– pues
lo hizo – dijo Ana – o por lo menos así lo insinuó Isabella
– esto
se complica más – agregó Ally – si existe un cuarto alter-ego ¿Por qué solo
Isabella lo ha notado?
Todos se miraron confusos, nadie tenia una
respuesta para eso, Isamar se recostaba con su mirada confusa, mientras la Dra
Mendoza sacaba una libreta y se disponía a escribir, apenas murmuraba: “increíble, simplemente increíble”
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