jueves, 17 de enero de 2013

APOLIMIA ATACA AL REY - Capitulo 21 "Jaque Mate"



L
eopoldo III, el Rey de los belgas, se hallaba en el Gran Salón Blanco del Palacio Real, esperando por sus criados con la corona para presentarse ante los invitados reales, cual monarca orgulloso de su reino; dichos criados nunca llegaron, Amy y Richard se habían encargado de eso, los tenían retenidos por los momentos para dejar libre y sin interrupciones el encuentro cara a cara entre Gracy y el Rey.
– Todo ha salido perfecto – dijo Gracy a sus fieles servidores Amy y Richard – ahora llegó el final de la misión, Apolimia ha sido desatada y la destrucción es inminente
– Mucho éxito Gracy – dijo Richard – el Rey es todo tuyo
– ¿Dónde están Scott y Phil?
– Scott actúa muy extraño, creo que trama algo… y Phil… pues, no pudo con la misión y… lo encontré muerto en el Salón de Espadas
– pobre Adriancito – suspiró ella – fue un gran guerrero.

   Gracy salió y cruzó el pasillo vacío rumbo al Gran Salón Blanco, el fin se acercaba, la lluvia de estrellas seguía deleitando a todos afuera, ignorando todo lo que ocurría dentro del Palacio, la fiesta avanzaba con normalidad, los máximos aristócratas y diplomáticos de la alta sociedad estaban presentes, príncipes y reyes de la Europa Occidental se daban cita en el majestuoso Palacio Real de Bruselas, donde presenciarían juntos un único e irrepetible acontecimiento natural y astronómico: el paso del cometa Apolo y la lluvia de meteoritos. Sin embargo el proyecto Apolimia tenía otros planes, y lo había conseguido. Minutos más tarde Gracy se encontraba frente a frente y a solas con Leopoldo III Rey de los Belgas, en el Gran Salón Blanco; Ella, con cuchillo en mano estaba dispuesta a culminar su venganza, a pesar de los inconvenientes y que varios miembros de su equipo habían caído, Gracy estaba decidida a llegar hasta el final y cumplir su objetivo: “Matar al Rey Leopoldo”. Repentinamente la puerta del Salón se abrió y el mismo príncipe Albert entraba velozmente para defender a su padre. El destino de Bélgica y de Europa Occidental pendía de un hilo.
– No te atrevas – gritó el príncipe
– con que aún estás vivo ¡Aléjate Albert! o no respondo – dijo ella
– Perdónalo Ámbar, por favor perdona a mi padre, hazlo por Balduino a quien dices haber amado
– Ya no me digas Ámbar, soy Gracy, siempre lo he sido y siempre lo seré
– ¡Así es! – exclamó de pronto el detective Julián Montiel quien aparecía desde el cuarto de atrás – Tú siempre serás Gracy, todo acabó, mejor te entregas, ya di aviso a las autoridades y estás rodeada.
   Pero Gracy sonreía cínicamente, levantó el cuchillo y antes que Albert y Julián reaccionaran, lo lanzó en dirección al Rey, este cerró los ojos y en ese momento un disparo se escuchó.


   Un inquietante silencio reinó por unos instantes, el Rey Leopoldo abrió los ojos, no estaba herido, el cuchillo estaba clavado en una cortina, sin embargo frente a él caía Gracy con un disparo en la pierna, mientras Albert dejaba caer el revolver entre sus manos con una mirada de terror, era la primera vez que tomaba un arma, sin embargo había salvado la vida de su padre. Inmediatamente después, Julián detuvo a la herida Gracy hasta que la Guardia Real se la llevó esposada lejos del Rey y de los invitados, durante el traslado se toparon con Scott, éste la miraba con desprecio, pero sintió un gran alivio cuando fue escoltada nuevamente por la Guardia Real.
– espero que esta vez no la dejen escapar – mencionó él
– aun no ha terminado, Duque Theodore – afirmó Gracy – ¿sabe donde está su esposa?
   La policía no entendió el comentario, sabían que el Duque no estaba casado, pero efectivamente Scott si comprendió que Rachel corría peligro, así que salió al vestíbulo a buscarla, no había nadie más que unos sirvientes, recordó entonces que en el Salón de Espadas tenían previsto esconder a los príncipes, corrió desesperadamente hacia allá, y cuando entró, sus pies se tambalearon, Scott caía estupefacto al ver a Rachel tendida en el suelo bañada en sangre con un filoso cuchillo clavado en el pecho.
– ¡Dios mío! ¡Nooo! – exclamaba mientras abrazaba el cuerpo inerte de su esposa – ¡Rachel! ¿Por qué? ¿Por qué te hicieron esto?
– sabes perfectamente el porqué – le dijo una voz que salía de un compartimiento del salón
– fuiste tú ¿verdad? Eres un desgraciado
– tuve que hacerlo – contestó Richard
– ¿Por qué? yo cumplí el trato, cumplí con la misión y…
– la misión aún no ha finalizado, nos traicionaste al involucrarla y por eso pagó las consecuencias
– ella no tenía la culpa – decía sollozando Scott con sus ojos rojos por tantas lágrimas – yo la amaba, yo…
– es para que te quede bien claro que a Gracy nadie la traiciona
– ¿Por qué no me mataron a mi? Yo fui el traidor
– ¿Por qué mas va a ser? Para que aprendas la lección, estando muerto ¿Cómo aprenderás?
– eres patético Richard, tú y Gracy pueden irse al infierno.

   Richard sonreía descaradamente, el fiel discípulo de la legendaria asesina en serie había demostrado ser como su maestra, frío y calculador, se retiró sonriente dejando al desdichado Scott envuelto en un mar de llanto por la pérdida del amor de su vida.
   Entre tanto, en el Gran Salón Blanco, el Rey se preparaba para salir a darles la cara a sus invitados que ahora estaban muy preocupados tras enterarse del atentado sufrido minutos atrás.
– Todo está bajo control – decía el Rey
   Albert lo veía tan próspero que no se atrevió a darle la mala noticia de Balduino, no en ese momento, esperaría hasta después de la cena, una lágrima brotaba por su mejilla al recordar a su hermano.
– Ahora les invito a entrar al Comedor donde se servirá una suculenta cena – prosiguió el Rey.

   Una vez que todos estuvieron acomodados en la enorme mesa de 20 metros, casi el doble de largo de la mesa del Castillo de Laeken, el rey Leopoldo se levantó para dar su discurso, vestía un lujoso traje real escarlata con negro y bordado con hilos de oro, con su inigualable corona sobre su cabeza.
– Balduino tuvo que salir de improvisto rumbo a América, les pide disculpas a todos – justificaba el rey la ausencia de su hijo – Gracias por venir y Buen provecho para todos…

   Y en ese instante la corona del rey explotó tan fuertemente, que de su cuerpo solo quedaron intactos su extremidades inferiores, miles de sesos y miembros volaron por los aires cayendo entre los invitados, inmediatamente el caos se apoderó del lugar, todos gritaban desesperados, el Rey Leopoldo había muerto frente a todos de la manera mas violenta y aterradora jamás imaginada; En medio de la confusión, Gracy logró escaparse nuevamente de los guardias, huyendo junto con Richard. Scott por su parte, también aprovechó la confusión para desaparecer, mientras Julián sentía que su persecución hacia Gracy no acabaría jamás, pero no se daría por vencido.
   El terror seguía reinando en el Palacio, mientras la Guardia Real y la policía belga tomaba el control de la situación, sin embargo, el asombro fue mayor, cuando una enorme pancarta colgaba del techo del vestíbulo, y todos pudieron leer lo que decía en ella, con letras rojas como de sangre: “JAQUE MATE, APOLIMIA HA VENCIDO AL REY.”

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