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ranscurrieron
tres meses desde aquel día, Brigitte visitaba a Isamar (como cada semana) al
Sanatorio Mental.
– ¿Cómo
está Gracy? – le preguntó Isamar
– tu
hija está mejorando, ya logró comunicarse con el terapeuta, una familia planea
adoptarla, pero ellos son extranjeros y se la piensan llevar.
– No,
no dejes que se la lleven del país Brigitte, así nunca la podré ver
– lo
siento, no puedo hacer nada
– ¿Qué
familia es esa?
– unos
esposos Vilman, me parece que son de Sudamérica
– ¿la
volveré a ver?
– eso
no lo sé, tal vez no… no te aflijas, necesitas tratamiento y mucho apoyo… dime
¿Cómo te están tratando?
– todos
siguen creyendo que estoy loca, y me siguen dando medicinas, pero estas no me
debilitan, ni me hacen vomitar, aunque…
– ¿Qué
pasa?
– ya no
siento las voces dentro de mi, es como si estuvieran muriendo mis alter-egos
– no me
digas
– si,
por favor Brigitte, protege a mi hija
–
¿protegerla de que?
– de
todos, no dejes que le hagan daño
– nadie
lastimaría a la pequeña Gracy, al contrario, todos la adoran y le darán el
mejor hogar, así que puedes estar tranquila
– muchas
gracias
– por
cierto, me comentaste hace días sobre un oficial que estaba con ustedes, es
decir, con los supuestos miembros del jurado ¿era otra de tus personalidades?
– no lo
creo, era mas bien una alucinación
– ¿sabes
que tu caso fue el mas visto e investigado en todo el país?, incluso uno de los
mas curiosos del mundo
– lo
sé, he recibido cartas e invitaciones a varios canales y programas, pero me
tienen prohibido salir de aquí y no se atreven a venir.
– es
mejor así, y cuéntame ¿Cómo es eso que ya no sientes a tus personalidades? Debe
ser síntoma de que estás mejorando
– probablemente,
ya no los oigo en mi cabeza, creo que están muriendo
– ¿muriendo?
¿Cómo? ¿Por quien?
– no
tengo idea Brigitte, oigo que gritan y luego quedan en silencio total ¿crees
que estoy empeorando?
– al
contrario, creo que estás mejorando, el tratamiento está funcionando
– nunca
pensé que lo diría, pero los extraño, especialmente a Isadora e Isabella
– entonces
¿no sientes a nadie?
– te
dije que no, es como escuchar el silencio, me tiene mortificada, odio el silencio
– te
pondrás bien Isamar.
Repentinamente Isamar dio un brinco al mismo
tiempo que decía:
– ¿escuchaste
eso?
– ¿Qué
cosa?
– un
grito, Brigitte ¡alguien grita!
– ¿Quién?
Yo no oigo nada
– viene
de allá – respondió Isamar mientras corría hacia el final del pasillo, entró en
una habitación, la cual estaba un poco oscura y con olor a humedad, Brigitte la
seguía.
– ¡es
Ana! – dijo Isamar – Ana está en peligro
– pensé
que ya no los escuchabas – dijo la psicóloga.
Isamar tembló por un instante para luego
comenzar a llorar agitadamente.
– debe
ayudarme doctora, quiere eliminarme
–
¿Quién eres? ¿Quién te quiere hacer daño?
– Soy
Ana, la presid… es decir, solo Ana, creo que soy la última que queda, ella los
ha acabado, ella me obligó a atentar contra usted, discúlpeme se lo ruego, no
quise hacerlo
–
¿ella? ¿Quién?
– ayúdeme,
se lo pido, es Isa…
Nuevamente sufría una transición, esta vez
estaba calmada y con una mirada escalofriante y una sonrisa maléfica.
– Ya me
encargué de ella, no te preocupes
–
¿Isadora? – preguntó nerviosa la Dra. Mendoza
– ¿tu
que crees Brigitta? – dijo la joven mientras acariciaba su cabello y lo peinaba
con sus manos
– Ya
veo, eres Isabella, tú eres la que hizo que Ana me apuñaleara ¿cierto?
Esta vez Isabella hablaba mas lento y pausadamente.
– esa
Ana era tan ilusa, y eso que era la presidenta del “jurado”, aun así pude
usarla
–
entonces ¿fuiste tu quien mató a Arnaldo?
– Tú
que crees mi querida Brigitta
– pero
¿Por qué? si él se llevaba bien con ustedes
– aun
no sabes nada ¿verdad?
– ¿saber
que?
– ¿nunca
investigaste mi infancia?
– ¿Cuál
infancia? Si tú fuiste creada por Isamar en su adolescencia, técnicamente nunca
tuviste una infancia
– eres
mas tonta de lo que pensé Brigitta, y eso que me caes tan bien
– explícate
– ¿te
suena el nombre de Isabel Delgado Ruiz?
– creo
que si, fue una niña que quemó a sus padres vivos en su casa debido a que la
maltrataban y… ¡Nooo!... no me digas que Isamar es esa niña.
– Veo
que la psicología no la usas para nada, claro que Isamar no es, Yo soy esa
niña, después de eso me dieron por muerta, pero no, pude llegar a esta ciudad y
decidí ya no ser más una pobre indefensa que se dejara maltratar de los demás, así
que…
– creaste
una personalidad fuerte dentro de ti para ayudarte a protegerte
– exacto,
Isadora fue mi guardaespaldas, cuando me sentía insegura y agredida, ella
acudía a mi rescate y me daba valor.
– fue allí
donde comenzó el TID, no fue en la adolescencia de Isamar… que por cierto ¿Cómo
se originó Isamar?
– ¡Hasta
que por fin lo entiendes!, Isamar surgió un tiempo después como un equilibrio
entre Isadora y yo, ya que éramos muy extremistas en caracteres, así que fue
gracias a ella que aprendimos a convivir las tres, ella quedó registrada
legalmente y adoptó mi nueva identidad ante la sociedad.
– entiendo,
tu eres la original e Isamar es tu alter-ego, pero ¿Qué tiene que ver eso con
el crimen de Arnaldo? Tu sabias que el se casaría con Isamar
– cierto,
pero nunca pensé que se enamoraría completamente de ella, al punto de querer
eliminarnos a Isadora y a mi.
– ¿Arnaldo
quiso hacer eso? ¿Cómo?
– la
medicina que tanto rechazamos, al tomarla en altas dosis aumentaría el control
de Isamar sobre nosotras, ya que se hacía mas fuerte, incluso mas que yo que
fui su creadora, el maldito Arnaldo quería quedarse solo con Isamar y hasta le
juraba amor eterno
– ¿todo
eso por celos? Cometiste el típico crimen pasional
– No
fue un crimen pasional, yo no amaba a Arnaldo, solo quería evitar que ambos se
salieran con la suya y me encerraran en mi propio cuerpo, mientras Isamar
hiciera con él lo que le plazca, ya que no podía eliminar a Isamar ni atentar
contra nuestro cuerpo, tuve que…
– asesinar
a Arnaldo con 25 apuñaladas ¿no crees que exageraste?
– tal
vez, pero luego pude crear a siete mas para persuadir a Isamar de que por su
culpa, por tratar de controlarme, el amor de su vida haya tenido que morir, y
su hija, ¡mi hija! tuvo que presenciar el crimen lamentablemente, y ahora tenga
que alejarse de nosotras. Ahora ya no los necesito más y los erradiqué por
completo, solo falta Isadora que sigue escondida, y por supuesto la estúpida de
Isamar.
–
supongo que no eres italiana
– por
supuesto que no, pero debes reconocer que se me da muy bien el acento
– ¿sabes
que aunque elimines tus alter-egos, otros mas vendrán? Tu trastorno es severo y
aunque tienes la facilidad de eliminarlos, también puedes crearlos, y hasta
lleguen a ser mas fuertes que tu.
– tal
vez, pero ya nadie más se burlará de mi, ni seré controlada por alguno de
ellos, la dulce e inocente Isabella ya no existe más
– eso
tiene que saberlo el director del Sanatorio, y los especialistas, el origen
principal de tu trastorno ya es revelado y puedes ser tratada para mejorar
– ¿y
quien te dijo que quiero mejorar? No quiero más tratamientos – gritó Isabella
mientras empujaba a Brigitte y la encerraba en la habitación.
– ¡Abre
la puerta ahora mismo! – gritaba Brigitte – Igual tarde o temprano todo se sabrá
– ¿y
quien lo contará mi corazón? ¿Tú? No lo creo, que tengas dulces sueños, trata
de no respirar mucho
– ¿respirar
que?
De inmediato Brigitte Mendoza se percató del
extraño olor de la habitación, no era humedad lo que olfateaba, era un gas
parecido al metano, comenzaba a perder el sentido y a disminuir su respiración,
quería gritar pero ya no le salía la voz, la psicóloga caía lentamente mientras
desde afuera, Isabella encendía un fósforo y lo colocaba junto a la puerta,
alejándose rápidamente, y en cuestión de segundos, el gas y el fuego se
encontraron y ¡BAM! El sanatorio entero ardía en llamas. Sin embargo Isabella
ya se encontraba lejos de allí, se perdía entre la multitud desesperada, ahora
estaba decidida a acabar con sus dos compañeras de cuerpo y buscar a su pequeña
e “inocente” hija.
FIN.
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