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oco tiempo después Anya entró a la habitación del
Sr Montiel.
—Por favor siéntese— le dijo Julián, Víctor
observaba en silencio.
—Gracias, y ¿Qué desean saber?
—Comencemos por su nombre completo
—Anelisse Zahir Varnot Durán.
—¿Edad?
—26 años.
—¿Alguna vez se sintió molesta por trabajar para
alguien menor que Ud.?
—Para nada, admiraba mucho a la Srta. Geribeth, y
estaba orgullosa de trabajar con ella, ella admiraba el mar como su difunta
hermana, creo que le gustaban los peces y corales y a mi también.
—Sí, son lindos los peces, pero ¿Conoció Ud. algún
enemigo de ella?
—No que yo sepa, claro está, muchas modelitos
frustradas le tenían envidia porque ella era exitosa.
—¿Ella era muy presumida? ¿O alguna vez agredió
verbalmente a alguien?
—No, La Srta. Geribeth era muy pacifica, mas bien
yo tenía que defenderla y avisparla un poco; es que ella era muy bella pero muy
tonta y distraída.
—Me pude dar cuenta en el bus como Ud. trató a un
fan.
—Oh, no crea que yo soy así, necesito defenderla de
esos locos que quieren manosearla usando la excusa de “le puedo dar un beso”, ya me las sé todas.
—No se altere Srta. Varnot, ahora cuénteme lo que
pasó ésta mañana.
—Bien, me levanté temprano antes que el sol, aunque
nos hayamos trasnochado por la razón que Ud. ya sabe, toqué la puerta de la
Srta. Geribeth, aun estaba dormida, así que volví a mi cuarto; Al rato ella me
llamó y fui a su cuarto para darle su botella de agua mineral, ella me pidió
que le pasara su vestido celeste, lo tomé del armario, lo cerré y la ayudé a vestir.
Luego nos dirigimos a la cafetería y ella pidió… ¿Quiere todos los detalles?
—Cualquier detalle es importante, prosiga.
—La Srta. Geribeth pidió un yogurt light y unos
panecillos, yo pedí los mismos panecillos pero con jugo de durazno al igual que
Robbie, hablamos del contrato que ella tenía, de las sesiones de fotos hasta
que alguien arrojó mi jugo en el traje de la Señorita.
—¿Su traje era verde oscuro?
—No, era celeste ¿Acaso ya no se lo había dicho?
—Lo siento, ¿Tiene Ud. un traje verde o la Srta.
Geribeth?
—De ninguna manera, Yo no tengo y Geribeth odiaba
el verde, decía que la hacía ver gorda ¿Acaso es eso relevante?
—Descuide, continúe por favor.
Julián
notó que Anya se puso un tanto nerviosa, movía sus manos constantemente una con
otra, mientras ella continuaba su relato.
—Yo la acompañé a cambiarse de vestido —prosiguió
Anya— Coloqué su traje manchado en una bolsa para lavarlo
después, y tomé uno que estaba guindado en la puerta del… ¡Ay por Dios!
—¿Qué sucede Srta. Anya?
—Yo recuerdo haber cerrado antes el armario y salí
con la Srta. Geribeth, entonces ¿como llegó un vestido guindado en la puerta
del armario?, le juro que al salir no había ningún traje colgado, ¿Acaso
alguien entró y…?
—No haga conclusiones todavía Srta. Anya, tal vez por
el estrés olvidó cerrar el armario y dejó un vestido colgado en la puerta del
closet.
—No, no puede ser, Yo… necesito descansar.
—Vaya a su habitación Srta. Hemos terminado.
Anya
salió, y Víctor se acercó a Julián.
—¡Que extraño! Eso del armario ¿no cree Ud.?
—Sí, tal vez oculta algo.
—Pero ¿Por qué lo dice?
—¿Te diste cuenta Thor?, que Anya siempre se
refirió a la occisa como “Srta. Geribeth” excepto cuando le pregunté si ella
tenía un traje verde oscuro.
—Sí, lo recuerdo, se puso nerviosa y no le dijo
Srta.
—Solo la llamó Geribeth, creo que su manager puede
ayudarnos, hágame el favor y llame al Sr. Robbie —dijo Julián al Sr. Almarza.
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