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nombre por favor
– Briggite
Mendoza
– ¿profesión?
– Licenciada
en Psicología con un doctorado en Trastornos de la Mente Humana
– ¿Qué
relación tiene Ud. Con la acusada?
– Soy
su terapeuta y Psicóloga personal, atiendo su TID tratando de que pueda
encontrar un equilibrio entre todos
– ¿Cuántas
personalidades ha descubierto usted en Isamar?
– al
principio eran dos: Isadora e Isabella las que siempre reinaban pero…
– ¿pero
que?
– desde
hace un tiempo he venido observando otra personalidad distinta a las
anteriores.
El recinto judicial estaba a la expectativa
de la declaración de la psicóloga, la tensión en el ambiente era muy intensa.
Isamar comenzaba a demostrar su inquietud, miraba a todos lados y de pronto,
para su sorpresa, los miembros del jurado ya no estaban en sus puestos.
– ¿Dónde
está el jurado? – le preguntó al oficial junto a ella
– están
allí – respondió él señalando la tribuna del jurado
Isamar volteó de nuevo hacia la tribuna del
jurado, pero eran otras personas las que estaban allí, personas diferentes a
aquellos que investigaban su caso y que debían dictar el veredicto.
– ¿Qué
pasó con los otros miembros?
– ¿de que
habla? Sshhtt, la Dra. Mendoza intenta ayudarla.
El abogado de Isamar seguía interrogando a
Brigitte en el estrado.
– ¿se
refiere a una nueva personalidad que antes desconocía?
– efectivamente,
pero no es una nueva personalidad
– explíquese
mejor doctora
Isamar seguía inquieta, hasta que
repentinamente vio a Ana, la presidenta del jurado que ella conocía, estaba de
pie junto a Brigitte.
– ¿De que
se trata esto? – dijo Isamar – ¿es un complot en mi contra?
Isamar comenzó a preocuparse, miró hacia
atrás y vio a Gabriel y Mariah, otros miembros del jurado, sentados
tranquilamente entre el público presente.
– esto
no puede estar pasando
– ¿Qué
está pasando señorita? – le preguntó el oficial a Isamar
– el
jurado, han cambiado al jurado, me van a condenar.
Repentinamente Isamar se colocó de pie y
exclamó:
– ¡No
pueden hacer eso! ¡Yo no hice nada!, el jurado lo sabía y ustedes lo cambiaron
¡es injusto!
Todos comenzaron a murmurar, la jueza exigía
orden, Isamar seguía confundida, mientras Brigitte dijo desde el estrado:
– Isa,
es lo que trato de decir, no eres culpable
– pero…
el jurado, lo cambiaron ¿Por qué?
– no
han cambiado nada,… su Señoría, mi teoría de la nueva personalidad de Isamar es
cierta, aparte de Isadora e Isabella, existen siete alter-egos mas en su cabeza
¿no es así Isamar?
– ¿Qué?
¿Cómo que siete?
Isamar miró a la jueza con ojos de asombro y
terror, al mismo tiempo que observaba a Ally junto a ella, y al parecer nadie
más se percataba de su presencia.
– ¿Qué
es eso? Su Señoría, ¿Por qué la Srta. Villalba está junto a Usted?
La jueza miró a su lado y luego respondió:
– Nadie
está a mi lado señora Isamar, no hay nadie aquí.
Brigitte rápidamente agregó:
– ¿lo
ves? Dime Isamar ¿Quién está allí?
– está…
es… yo… oh Dios… debo descansar – dijo ella hasta que vio a Isabella de la mano
de Luis
– ¡ustedes!
– exclamó – ¿ustedes se conocen? ¿Cómo están juntos si…?
– ¿de
quienes hablas?
– Luis
e Isabella, están tomados de la mano,... pero... ¿Cómo?
Los ojos de Isamar se llenaban de lágrimas,
su rostro expresaba asombro mezclado con rabia y dolor, Isamar respiraba mas de
prisa mientras decía:
– ellos…
el jurado… no existe… ellos son…
– tranquila
Isamar – decía la Dra Mendoza – todo está bien, mantén la calma, no es tu
culpa.
– entonces
yo… es decir… alguno de ellos mató a Arnaldo… después de todo… si fui yo – dijo
Isamar al mismo tiempo que rompía en llanto.
– No
más preguntas – dijo el abogado
– la
fiscalía puede interrogar a la testigo – ordenó la jueza.
El fiscal se colocó de pie, miró a su
alrededor asombrado como el resto de los presentes, tragó saliva y declaró:
– No
hay preguntas su Señoría
– en
ese caso se levanta la sesión por dos horas, mientras se aclara este caso –
dijo la jueza golpeando el mazo en el estrado.
Brigitte se acercó a Isamar y ésta en un mar
de lágrimas sollozaba:
– perdóname
Brigitte, probablemente fui yo quien te apuñaleó
– no
hay nada que perdonar Isa, no eras tú, era uno de ellos
– después
de todo si tengo un asesino viviendo en mi mente – murmuró Isamar al mismo
tiempo que perdía brevemente el conocimiento y un alter-ego tomaba su lugar.
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